Preikestolen, o más conocido como «el Púlpito», es uno de los más famosos atractivos de turismo en Noruega, atrayendo a más de 250.000 visitantes cada año. La formación rocosa (plana de 25×25 metros) se eleva 604 metros sobre el fiordo Lysefjord, en Ryfylke, cerca de la ciudad de Stavanger. Si se combina la caminata hasta este punto, con un crucero por el fiordo, se convertirá en una experiencia única para toda una vida.
¿Te atreverías a sentarte en el borde?
El camino hacia Preikestolen hay que tenerlo previsto con anticipación. Desde el momento en que entras un el autobús en el centro de Stavanger con destino «el Púlpito», recorrerás 24 kilómetros hasta el Preikestolen Mountain Lodge. Desde aquí, un camino bien preparado te llevará a la cima de la meseta de la montaña, pero, eso sí, requiere un nivel razonable de condición física. Prepárate para pasar no menos de 4 horas de caminata, ida y vuelta, además de al menos una hora en el propio Púlpito. También se puede acceder a Preikestolen mediante el fiordo Lysefjord.
A medida que se toma la caminata hacia Preikestolen, la historia y la mitología de la zona inundarán la mente. Se cree que la formación fue creada por las heladas hace más de 10.000 años, cuando un glaciar estaba cerca, justo por encima de la roca.
El agua se congeló en las grietas de las montañas y grandes bloques angulares de roca se desprendieron, dejándose llevar por el glaciar.
Para una experiencia única de Preikestolen, se puede combinar una caminata con un crucero por el fiordo Lysefjord para ver esta maravilla natural desde todos los ángulos posibles. Los barcos salen desde Stavanger regularmente durante la temporada de verano, que es el mejor momento para garantizar un avistamiento claro de los paisajes de Noruega.
Seguridad en Preikestolen
Las autoridades han optado por no instalar cercas, barandillas u otros dispositivos de seguridad, ya que consideraban que sería en detrimento de la belleza natural del lugar y el hecho de que las muertes en el lugar son extremadamente raras, a pesar de tener unos 200.000 visitantes cada año. Por otra parte, se temía que las cercas o barandillas podrían alentar a un comportamiento peligroso como subirse a ellas. También hay que señalar que se trata de una política de Noruega, cuyas autoridades afirman que «no se puede cercar toda la naturaleza del país».
Hasta 2.013 no se habían producido muertes accidentales en el sitio. Sin embargo, hubo previamente suicidios e intentos de suicidio. En febrero de 2000, una mujer austriaca y un hombre noruego cometieron un suicidio conjunto saltando juntos por el precipicio tras reunirse por Internet y pactar el suicidio. En octubre de 2004, una joven pareja de alemanes estaba camino al acantilado para suicidarse también, pero fueron detenidos por las autoridades noruegas antes de poder llevar a cabo el acto. En 2013, un turista español se convirtió en la primera persona que fallecía por una caída accidental en Preikestolen, al precipitarse al vacío mientras tomaba fotos.
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